Economic Update

Published 19 Feb 2015

In English

Un doble esfuerzo por elevar los estándares regulatorios y fomentar la inversión en el sector minero de Colombia está en marcha, mientras operadores enfrentan otro año de desafíos, pese a que la industria sigue siendo ampliamente rentable.

Colombia es el cuarto exportador mundial de carbón, con envíos que subieron 1,5% interanual a 77,6 millones de toneladas en 2014. Al igual que los productores de bienes básicos en el resto del mundo, las mineras colombianas sintieron el impacto negativo de la caída en los precios.

Los precios europeos del carbón para centrales térmicas, que Colombia exporta en su mayor parte a Europa para generar electricidad, subieron a comienzos de febrero a US$60,75 la tonelada, desde un mínimo de nueve años de USD55,60 hacia fines de enero. Según cifras del Banco Mundial, el precio del carbón colombiano llegó a USD115,38 la tonelada a fines de enero de 2011. Muchos proyectos carboníferos dejaron de ser económicamente viables a causa del declive.

Capeando la tormenta

Sin embargo, las exportaciones aguantaron en 2014 pese a la sobreoferta mundial y que Drummond, de capitales estadounidenses y el segundo productor colombiano de carbón, suspendió sus envíos por dos meses a comienzos del año pasado. La suspensión llegó luego que la empresa no cumplió con el plazo para instalar un cargador de cintas transportadoras, requerido legalmente para prevenir la contaminación de la costa del Caribe, lo que llevó a la interrupción de las actividades en el puerto de la compañía.

Colombian Natural Resources (CNR), controlada por el banco de inversión Goldman Sachs, tampoco pudo exportar durante 2014 por razones similares. En enero la firma llegó a un acuerdo con el puerto estatal Santa Marta para hacer sus envíos de carbón, luego que sus propios muelles no cumplieron con la ley ambiental.

Una interrupción aún mayor golpeó a la industria carbonífera en enero, cuando el Tribunal Constitucional de Colombia prohibió al operador ferroviario Fenoco usar la vía férrea que pasa por Bosconia entre las 10:30 pm y las 4:30 am, luego que residentes de la localidad denunciaran contaminación acústica y atmosférica por polvo de carbón. Fenoco operaba trenes a lo largo de la vía, de 226 km, cada 20 minutos en promedio. La línea férrea es usada por grandes operadores como Drummond, Glencore y CNR.

Según un reporte de Reuters, fuentes de la industria especulan que habrá un intento por apelar o bloquear el fallo, que podría reducir en 25% la capacidad de la vía, que mueve más de la mitad de las exportaciones de carbón del país.

El mayor exportador colombiano, Cerrejón, una sociedad entre Anglo American, Glencore y BHP Billiton, tuvo mejor suerte que sus pares durante el año. En gran medida no se vio afectado por las nuevas leyes de carga y, como operador de su propia vía férrea, fue capaz de elevar sus envíos 2% a 34,2 millones de toneladas en 2014, un nuevo récord. El CEO Roberto Junguito dijo que 2014 fue desafiante para Cerrejón, sobre todo en términos financieros “debido a la significativa caída del precio del carbón en el mercado internacional”.

Descontaminando, fiscalizando

El gobierno está intentando lograr un equilibrio entre elevar los estándares regulatorios y fomentar la nueva inversión.

La salud y seguridad es un área prioritaria para la Agencia Nacional de Minería (ANM). La presidenta de la entidad, Natalia Gutiérrez Jaramillo, anunció hace poco que se fiscalizarán las malas prácticas. El organismo dice que inspeccionó 770 concesiones mineras en los dos primeros meses de 2015, para verificar que se cumplen los estándares ambientales y de seguridad, y que fiscalizará todas las concesiones en el segundo semestre del año. Unos 80 mineros murieron en accidentes en Colombia el año pasado, frente a 31 en Perú.

El organismo también busca fiscalizar a la pequeña minería y las mineras ilegales, que cubren 22 de los 32 departamentos del país y se dedican principalmente a la producción de oro. John Uber Hernández, presidente de Goldex, el segundo exportador aurífero del país, fue arrestado en enero bajo cargos de lavado de dinero y fraude. El Fiscal General indicó que Goldex lavó casi USD mil millones a través de acuerdos con mineras ilegales.

Esto ha puesto la actividad minera ilegal bajo la lupa. Según un censo del ministerio de Minas y Energía realizado en 2011, 60% de la actividad minera en el país es ilegal.

Pese a los problemas, Colombia se ubica en un respetable onceavo lugar en la lista de los 25 países más atractivos para la inversión minera de la consultora Behre Dolbear.

Las autoridades se están esforzando por atraer inversionistas, con planes en carpeta para mejorar el ambiente de operaciones y agilizar la adjudicación de permisos regulatorios. Los actores de la industria seguirán con atención un anuncio de Gutiérrez de que Colombia reducirá a 180 días el tiempo de espera para los permisos de exploración y producción. Versiones de prensa sugieren que el gobierno también busca reducir a 70 días el tiempo de espera para los permisos ambientales.

 

 

Change afoot in Colombia’s mining industry

En Español

A two-pronged effort to raise regulatory standards and encourage new investment in Colombia’s key mining sector is underway as operators face another year of challenges, despite the industry remaining broadly profitable.

Colombia is the fourth largest coal exporter globally, with shipments rising 1.5% year-on-year to 77.6m tonnes in 2014. Like commodities producers throughout the world, coal miners in Colombia have suffered due to falling prices.

European prices for thermal coal, which Colombia exports mainly to Europe for power generation, rose at the start of February to $60.75 per tonne from a nine-year low of $55.60 towards the end of January.  According to figures from the World Bank, the price of Colombian coal stood at $115.38 per tonne in January 2011. The decline has pushed many coal projects below the threshold of economic viability.

Weathering the storms

Nonetheless, exports held up in 2014 despite being hampered by global oversupply and a two-and-a-half month interruption to shipments by US-owned Drummond, Colombia’s second-largest coal miner, at the beginning of last year. The delay came after the company had failed to meet a deadline to install a legally required conveyor belt loader to prevent maritime pollution of the Caribbean coastline, leading to the suspension of activity at its port.

Colombian Natural Resources (CNR), which is controlled by the investment bank Goldman Sachs, was also prevented from exporting during 2014 for similar reasons. The firm struck a deal in February with the publicly-owned Santa Marta port to load its coal shipments, after its own docks failed to meet the new environmental law.

A further major disruption hit the coal industry in January when Colombia’s constitutional court banned rail operator Fenoco from running trains between 10.30pm at night and 4.30am, following complaints from residents of Bosconia town about noise and coal dust pollution. Fenoco had been operating trains along the 226km coal freight railway, which passes through the town, on average once every 20 minutes. The line is used by major operators Drummond, Glencore and CNR.

According to a Reuters report, industry sources have speculated there will be an attempt to appeal or block the ruling that could potentially cut the capacity by one quarter of the line which moves more than half the country’s coal exports.

Colombia’s largest coal exporter, Cerrejón, a partnership between Anglo American, Glencore and BHP Billiton, managed to fare slightly better than its peers during the year. Largely unaffected by the new loading laws − and an operator of its own railway − it was able to lift exports by 2% to 34.2m tonnes in 2014, a new record. CEO Roberto Junguito described 2014 as a challenging year for Cerrejón, particularly in financial terms “because of the significant fall in the price of coal on the international market”.

Cleaning up, clamping down

The government is trying to strike a balance between raising regulatory standards and continuing to encourage new investment.

Health and safety are an area of focus with the Agencia Nacional de Minería (ANM)’s president, Natalia Gutiérrez Jaramillo, announcing recently that a clampdown on poor practices was under way. The agency says it is inspecting 770 mining concessions in the first two months of 2015 to ensure environmental and safety standards are being met, with all concessions to be checked by the second half of the year. Some 80 miners died in accidents in Colombia last year, compared to 31 in Peru.

The agency is also seeking registration of small-scale and illegal miners, spread out over 22 of the country’s 32 departments and particularly prevalent in gold production. John Uber Hernández, head of Goldex, the country’s second largest gold exporter, was arrested in January on money laundering and fraud charges. The Attorney General’s office said Goldex laundered nearly $1bn through deals with illegal gold miners.

This has brought the activity of illegal mining under the spotlight. According to a census carried out by the ministry of energy and mines in 2011, 60% of mining activity in the country is illegal.

Despite the challenges, Colombia ranks a respectable eleventh on consultancy Behre Dolbear’s list of the world’s 25 most attractive countries for mining investment.

The authorities are keen to do more to attract investors, with plans in the pipeline to improve the operating environment for companies and streamline the granting of regulatory permits. Industry players will follow closely an announcement from Gutiérrez that Colombia is looking to reduce maximum exploration and production permit waiting times to 180 days. Reports suggest that the government is also keen to drive down environmental permit waiting times to 70 days.