Economic Update

Published 24 Aug 2015

In English

Nuevos hallazgos y posicionamientos de empresas están revitalizando el sector energético de Colombia, lo que apunta al continuo compromiso de la industria por seguir explorando e invirtiendo pese a los bajos precios del petróleo. 

A finales de julio la petrolera estatal Ecopetrol anunció un descubrimiento de hidrocarburos en su pozo ultra profundo Kronos-1, al sur del Caribe. Dicho pozo, que opera en partes iguales con la tejana Anadarko Oil, se ubica en el bloque Fuerte Sur, a 53 km de la costa. 

Aunque los resultados aún están siendo evaluados, los indicios preliminares son prometedores. Juan Carlos Echeverry, presidente de Ecopetrol, dijo a la prensa que los resultados “confirman el potencial de una vasta extensión del sistema petrolero colombiano caribeño, y se alinean con uno de los aspectos clave de la nueva estrategia de Ecopetrol, que es la exploración de cuencas marinas de alto potencial”. 

Tiempos desafiantes 

El ministro de Minas y Energía, Tomás González Estrada, destacó la importancia de Kronos-1 en julio, diciendo a los medios locales que el descubrimiento no sólo confirma la presencia de hidrocarburos en el norte y en el sur de la cuenca del Caribe, sino que también muestra que el interés en exploración sigue siendo fuerte, sobre todo frente a las costas del país.

El potencial hallazgo tiene mayor importancia dado el grado de incertidumbre en la industria petrolera y gasífera de Colombia. La producción nacional de crudo y otros hidrocarburos, cerca de un millón de barriles diarios (bpd), se ubicó el año pasado en el décimo noveno puesto de la lista global de productores, y en el cuarto lugar de América Latina después de Brasil (3m bpd), México (2,8m bpd) y Venezuela (2,7m bpd), según datos del gobierno de Estados Unidos.

La incertidumbre se ha visto agravada por los temores de que la producción podría caer muy por debajo de la marca de 1m bpd, a medida que los pozos maduren y disminuya la exploración. Las reservas probadas cayeron 5,6% a 2,3 mil millones de barriles el año pasado debido a la menor actividad exploratoria. 

El petróleo equivale al 42% de las exportaciones de Colombia y los precios se redujeron a la mitad el año pasado, ampliando el déficit de cuenta corriente y contribuyendo a la depreciación del peso frente al dólar, de 36% interanual, desde julio.

Escenario cambiante 

Al igual que otros productores, el declive de los precios del petróleo ha llevado al gobierno colombiano a endurecer la austeridad fiscal, subrayando la importancia de la participación de actores privados en el sector. En este sentido, recientes jugadas en el sector privado para recaudar capital son una señal positiva para la exploración y la producción. 

La mayor petrolera del país, Ecopetrol, vendió más de la mitad de sus acciones en Empresa de Energía de Bogotá por USD215 millones, y piensa vender su participación en la generadora de electricidad Isagen por 465 mil millones de pesos (USD158,6 millones), en el marco de su estrategia para reunir fondos para gastos de capital en su división de petróleo y gas. 

Pacific Rubiales Energy, una empresa petrolera que cotiza en las bolsas de Bogotá y Toronto, también ha sido noticia por sus reestructuraciones. En meses recientes trascendieron rumores de una posible adquisición por parte de una empresa conjunta formada por la Mexicana Grupo Alfa y la estadounidense Harbour Energy. 

Aunque los accionistas rechazaron la oferta de USD1,7 mil millones a principios de julio, por considerarla demasiado baja, Pacific Rubiales aún podría seguir siendo un blanco para una adquisición o fusión. 

Phil Flynn, analista de Price Future Group, dijo a la prensa regional “históricamente los bajos precios [del petróleo] han causado fusiones, y creo que veremos mucho más de esto”, hacienda un paralelo con la actividad de fusiones y adquisiciones tras el colapso de los precios en 1999. 

Aunque las cambiantes dinámicas de la industria siguen presentado un desafío para el sector petrolero colombiano, la experiencia del país lidiando con los declives de los precios y su favorable postura frente a la inversión extranjera lo dejan en buen pie para mantener su actividad exploratoria.

 

 

Colombia makes promising deepwater find

En Español

New discoveries and corporate repositioning are reinvigorating Colombia’s energy sector, signalling the industry’s ongoing commitment to exploration and investment in the face of lower oil prices.

Late July brought an announcement from state oil company Ecopetrol that it had struck hydrocarbons in its ultra-deep offshore Kronos-1 well in the south Caribbean. The well, a 50:50 operation with Texas-based Anadarko Oil, is located in the Fuerte Sur block, some 53 km offshore.

While the results are still being evaluated, early indications appear promising. Juan Carlos Echeverry, president of Ecopetrol, told media that the results “confirm the potential of the Colombian Caribbean petroleum system in a vast area and are aligned with Ecopetrol’s new strategy, in which one of the key areas is the exploration of high-potential marine basins”.

Challenging times

The minister of mining and energy, Tomás González Estrada, underlined the significance of Kronos-1 in July. He told local press that the discovery not only confirms the presence of hydrocarbons in both the north and south of the Caribbean basin, but also shows that exploration interest remains strong, especially in the country’s offshore zones.

The potential find has added significance given the degree of flux and uncertainty in Colombia’s oil and gas industry. The country’s output of oil and other liquids, at around 1m barrels per day (bpd), saw it rank 19th on the global list of hydrocarbons producers last year, and fourth in Latin America after Brazil (3m bpd), Mexico (2.8m bpd) and Venezuela (2.7m bpd), according to the US Energy Information Administration.

Uncertainty has been fuelled by fears that output could fall below the 1m-bpd mark, as fields mature and exploration tapers off. Proven reserves fell by 5.6% to 2.3bn barrels last year on lower exploration activity.

While oil accounts for 42% of Colombia’s exports, prices have halved in the past year, widening the current account deficit and contributing to the peso’s 36% year-on-year depreciation against the US dollar as of July.

Changing landscape

Like many other producers, the decline in oil prices has prompted the Colombian government to pursue a greater degree of fiscal austerity, underscoring the importance of private sector participation in the sector. In this regard, recent moves in the private sector to raise capital are a positive signal for continued upstream investment.

The country’s largest oil company, Ecopetrol, sold more than half its shares in the energy firm Empresa de Energía de Bogotá for $215m, and is planning to sell its stake in power generation company Isagen for COP465bn ($158.6m), as part of a strategy to raise funds for capital expenditure in its core oil and gas business.

Pacific Rubiales Energy, an oil major jointly listed in Bogotá and Toronto, has also been the subject of restructuring news. In recent months there was talk of a possible takeover by a partnership between Mexico’s Grupo Alfa and US-based Harbour Energy.

Although shareholders rejected the $1.7bn bid in early July as too low, Pacific Rubiales could still be a target for merger and acquisition (M&A) activity.

Phil Flynn, an analyst at Price Future Group, told regional press, “The low [oil] prices historically have caused a lot of mergers, and I think we are going to see a lot more of this,” drawing a comparison with M&A activity following the 1999 collapse in oil prices.

While the changing industry dynamics continue to present a challenge for Colombia’s hydrocarbons sector, the country’s track record of navigating oil price downturns and its favourable approach to foreign investment put it in good standing to maintain exploration activity.